La Gran Esperanza Joven (2)



De los Jóvenes K a la Juventud Peronista

... Continua:

“Apurate a armar antes de que se den cuenta que somos 20″. Era exactamente así. En los primeros años de su gobierno, Néstor Kirchner debió conducir al país sin contar con un partido político. Estos habían colapsado tras la sucesión de traiciones dirigenciales que habían llevado a la Argentina “al infierno”.
Con el PJ en manos de Eduardo Duhalde, la CGT en manos de los “Gordos”, la estructura del Estado minada de liberales heredados de la gestión de la Alianza y el menemismo, la capacidad de articular una propuesta de política era muy vaga y poco prioritaria. Había que sacar a la Patria de la crisis más profunda y terminal que registraran los libros de historia.
En las calles, los piquetes y la protesta social no aflojaban; pero Kirchner supo articular un gran Frente Nacional denominado como “Transversalidad”; eso, la transversalidad, contenía desde Alberto Fernández, reluciente yupi de la derecha liberal, hasta al docente Luis Ángel D`Elía, morocho piquetero de La Matanza profunda, también líder de movimientos sociales, ex concejal matancero y ex diputado provincial. Todo esto sin fijar ningún tipo de márgenes orgánicos ni nada que se le pareciera.
Era muy frecuente que los militantes se quejaran por no encontrar con lugares donde militar. Y eso era verdad. El único jefe que tenía el Movimiento Trasversal era Néstor Kirchner que debía gobernar un país en llamas; por lo tanto no existían interlocutores entre el conductor y los posibles militantes.
Durante estos tiempos, la propuesta kirchnerista para la Juventud la organizó un tal Nicolás Trota quien había fundado una agrupación denominada Jóvenes K. Pero los orígenes menemistas de Trota y de su grupo, el cual provenía de la escandalosa gestión de Matilde Menéndez en el PAMI, no generaba confianza en la incipiente militancia de la Juventud Peronista. Los “Jóvenes K” traspiraban pizza con champagne y su intento de insertarse en el kirchnerismo tenía más que ver con mantener lugares en la estructura del Estado que con impulsar el Proyecto Nacional que pregonaba Néstor Kirchner.
Por esta razón es que comenzaron a surgir, espontáneamente, una infinidad de grupos de Juventud Peronista en todo el país; esos nucleamientos no contaban con ningún tipo de coordinación centralizada ni con una línea política homogénea; lo único que los unía eran las ganas de acompañar “al pingüino”. Tampoco tenían mucha llegada a la dirigencia kirchnerista, que no visualizaba el fenómeno que se estaba gestando muy lenta pero sostenidamente.
Para mediados del 2006 ya se destacaban los agrupamientos de Juventud Peronista que se reconocían como kirchneristas duros, tales como la JP Evita, comandada por Gildo Norato, la JP Liberación Nacional, liderada por Guillermo “Nano” Cara, la Juventud Presente, orientada por Andrés “Cuervo” Larroque, el Movimiento 26 de Julio, el Peronismo Militante, JP Identidad, entre otros.
Por su parte los grupos de JP, ligados a los intendentes bonaerenses, miraban con escepticismo el proceso de la Trasversalidad; todavía debían sacudir los últimos resabios de duhaldismo que conspiraban desde las casas partidarias, y lo harían con éxito, pero no nos adelantemos.
Continuará en los proximos dìas...

No hay comentarios: