La Gran Esperanza Joven (1)

Mucho se ha dicho en los últimos días sobre la infinidad de jóvenes que concurrieron al velorio del ex presidente Néstor Kirchner, pero poco se conoce de la profundidad de un fenómeno que sorprendió a los medios de comunicación, siempre dispuestos a denostar a la juventud argentina. Presentaremos a lo largo del mes de Enero una serie de articulos publicados por los compañeros de la Revista Aluvión Popular donde dan cuenta de cómo se conforma la Juventud Peronista, quienes la conducen y hasta qué punto es o será protagonista del nuevo mapa político nacional.


Del dialogo al compromiso

El liderazgo de Néstor Kirchner siempre promovió el romance entre su conducción y la incipiente Juventud Peronista que comenzó a seguirlo a mediados del 2007.
Era habitual en los actos en los que se presentaba el ex presidente, un extenso preámbulo donde las barras de la JP le dedicaba canciones de aliento y él las escuchaba en silencio desde el estrado, absorbiendo toda esa energía que brotaba de las tribunas. Por momentos dejaba deslizar un gesto de agradecimiento o algún saludo cómplice.
Kirchner fue el primer dirigente, luego de Perón, capaz de dialogar con el Pueblo.
Era frecuente, en la multiplicidad de actos a los que concurría, que el público le planteara alguna cuestión mediante una consigna entonada con fervor y que él respondiera desde el palco dando una extensa argumentación a modo de respuesta a la demanda. Con la juventud, este diálogo alcanzaba una dinámica sorprendente, llegando por momentos a ser un verdadero contrapunto.
Detrás de esta enorme efervescencia se gestaba un proceso de organización popular que todavía no parece haber encontrar su techo. La estrategia de alejar de la política a la sociedad en general, había sido muy exitosa durante los años del menemato.
“La privatización de las empresas del Estado y las relaciones carnales no enamoran”, se quejaba un dirigente de la Juventud Peronista por esos años, cuando el Partido Justicialista se parecía más a un club de gánsters que a un partido político.
Mientras la estructura oxidada del PJ se conmovía con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia partidaria en 2008, el transversalismo progresista se espantaba por la incorporación del justicialismo al Proyecto Nacional.
En las calles, la sociedad argentina comprendía, a causa del golpe “agromediático”, que la pelea del kirchnerismo contra el neoliberalismo y contra los enemigos internos del país, era real y profunda.
En mayo de 2003, Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación. A poco de tomar el mando afirmaría: “No voy a dejar mis convicciones en la puerta de la casa de gobierno”; acto seguido se acercó a Carlos Kunkel que estaba a su lado y le aconsejó, al oído: “Apurate a armar antes de que se den cuenta que somos 20″.
En los próximos años, la aplicación de medidas económicas, políticas, sociales y las de reparación histórica, como las de Derechos Humanos, le dan al kirchnerismo un caudal de nuevos militantes que superará holgadamente esa cantidad. Continua en la proxima actualización...

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