Dia del periodista: Amilcar Gonzalez, un ejemplo de lucha

Publicado en Eltabano.com (Edición 1o) de Juan Marco Candeloro

El 3 de Junio de 2004 murió en Mar del Plata Amílcar González. Fue Secretario General del Sindicato de prensa durante los años 70, periodista del diario La Capital en 1971, corresponsal del diario La Opinión de Buenos Aires y en 1975 fue jefe de la corresponsalía de la Agencia TELAM de noticias.

La organización sindical a su cargo por aquellos años estaba considerada como un “gremio combativo”, pero el mismo González afirmó que ese término desde el punto de vista gramatical es un pleonasmo, una exageración, por que consideraba que no hay ninguna otra alternativa para los gremios o los sindicatos que ser combativos.A continuación una de las últimas entrevistas concedida por Amilcar González donde habla del oficio de periodista y de su áspera relación con un diario de la ciudad.


RECUERDOS DEL PASADO

Periodista: ¿Cual es el hecho más importante que te tocó cubrir en los ´70?
Amilcar: El asesinato de la estudiante de arquitectura Silvia Filler.
¿Dónde lo publicaste en ese momento?
Bueno, yo en ese momento era corresponsal de La Opinión y no hice más que recoger lo que todo el mundo decía pero nadie quería publicar, por ejemplo La Capital fue muy reticente a publicar porque estaba involucrado un gran avisador del diario y una persona muy conocida en Mar del Plata que era Piantoni (sindicado como jefe de la AAA).

¿En Telam lo podías publicar?
Yo no estaba en Telam, pero Telam creo que publicó todo bien, no estoy diciendo que estaban encubriendo deliberadamente, acá no había una conspiración, había un funcionamiento normal de la prensa. Si nosotros revisamos los diarios de ahora en Mar del Plata veremos que también ocultan información, los diarios me refiero a los medios de comunicación.

¿Hablamos del diario La Capital?
El comportamiento del diario La Capital era, en esa época, bastante bueno, era un diario bastante objetivo, había mucha libertad. Una libertad que nosotros también habíamos conseguido protegiendo a los trabajadores en el sentido que no permitieran absolutamente la censura, por que en realidad el problema del periodismo no es la censura, es la autocensura. Si ahora, por ejemplo, fueran al diario La Capital y preguntaran si el señor Florencio Aldrey Iglesias censura, dirían que no, no hace falta. Por que lo que existe en los compañeros es la autocensura. Yo te voy a contar una anécdota: Una vez le pregunté a un amigo que era pro secretario del New York Times por la censura, y el me dijo de una manera muy fuerte y enojosa ¨ Yo nunca fui censurado ¨ y trabajaba en el New York Times. Yo me quedé con esa idea de que a él nunca lo habían censurado. Luego nos hicimos mas amigos y un día profundizando en el tema me dijo: ¨ Para llegar al lugar donde yo estoy no hace falta la censura por que yo ya pienso como un New York Times¨, esa es la explicación.
Es una especie de, no digo lavado de cerebro pero es una especie de ecuación de la idea, del punto de vista del diario al punto de vista de la persona. Pero, ese juego de escribir lo que uno piensa pero también pensando en quien te paga el sueldo. ¿No es difícil?Es muy difícil por que esto nos crea un conflicto de conciencia. El conflicto del periodista es que no es un trabajador común, es un trabajador de la conciencia. Por que no hay ninguna manera de ser periodista sin enajenar como fuerza de trabajo, como plusvalía la conciencia. El periodista enajena una parte de su conciencia y la vende como trabajo a una empresa que ha convertido la información en mercancía.

¿Y que solución tiene ese conflicto periodista-medio?
Casi todos los problemas tienen solución, en este caso la solución es que a través, nosotros creemos, y cuando utilizo el plural lo utilizo pensando en todos los sectores progresistas del periodismo, que el periodista debe profundizar muchísimo sobre el trabajo que hace. Por que el trabajo que hace tiene una influencia el la sociedad muy importante.LIBERTAD DE PRENSA O
LIBERTAD PRENSADA.

Entonces ¿ Cual es tu crítica al diario La Capital?
Antes ninguna, se podía escribir de casi todo, se podía decir casi todo.¿Y ahora?Ahora funciona, para mi, como una especia de house organ de una empresa que es la empresa del señor Iglesias que tiene hoteles, bingos, medios de comunicación, tiene un multimedio y hace negocios con la municipalidad.
La ética de los medios de comunicación debería impedir que una empresa tuviera medios de comunicación y al mismo tiempo tuviera relaciones con los sectores de poder.
Yo había trabajado 10 años en el diario La Capital, era secretario de Prensa y corresponsal de Telam, era una persona conocida en la ciudad. Sin embargo hubo mucha resistencia a publicar que yo había desaparecido, todos sabían que yo estaba secuestrado. En el diario, después de mucho insistir, salió un sueltito, sin embargo enviaron a mi domicilio un telegrama intimándome a presentarme a trabajar, para poder despedirme, al no presentarme, me despidieron. Evidentemente el diario sabía de mi secuestro, lo habían publicado y a los dos días me mandaron un telegrama. Es comparativamente la expresión más acabada de que había entre los sectores de la represión, los sectores militares que me habían secuestrado y el diario una relación o un acomodamiento.

TRISTE, SOLITARIO Y FINAL
Amílcar González fue secuestrado el 25 de marzo de 1976 y liberado en Abril de 1978. Durante su cautiverio en un centro clandestino de detención fue duramente torturado. Hay testigos que recuerdan haberlo visto en la comisaría 4ta. en deplorables condiciones. Pero Amílcar sobrevivió a ese calvario y como el ave Fénix resucitó, tras volver de su obligado exilio siguió escribiendo y muy lejos de callarse continuó denunciando a quienes lo habían secuestrado y censurado.
Así lo hizo por última vez en el Juicio por la Verdad el 9 y 16 de Abril de 2001 en lo que fue la audiencia más extensa de estos juicios.Hay una frase muy conocida de Bertold Brech que dice: ¨Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son muy buenos, hay quienes luchan varios años y son aun mejores, pero están aquellos que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles ¨. Amílcar era un imprescindible, su partida debería dolernos a todos. Hoy el mundo es un poco menos habitable, murió un hombre digno, se llamaba Amílcar González.

1 comentario:

Néstor Dulce dijo...

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