FUERZA COMPAÑERA CRISTINA



Por Leandro Ciriaco (*)



La salud de los presidentes latinoamericanos se ha convertido en un asunto de estado para cada uno de los países que conforman el sub-continente americano. Sin duda la muerte se convierte en un factor de incidencia política.

Ha quedado demostrado en un sin número de guerras, magnicidios, invasiones, desapariciones y demás actos de agresión sistemática que el imperialismo a pergeñado para impedir la liberación de nuestro continente.Sin embargo hay otras veces que la biología juega su parte azotándonos desde adentro en un silencioso latigazo blanco que nos deja sin aliento.Cuando tomamos dimensión de la fragilidad de la vida, comprendemos la necesidad de construir una alternativa política colectiva que nos trascienda.

El cuerpo nos puede abandonar en el momento menos oportuno desbaratando nuestras vidas y los proyectos que giran en torno a ella. En ocasiones la muerte ha llegado en ráfagas de plomo, en inesperadas explosiones o en veneno como sucedió con Mariano Moreno.

Lo tuvo bien claro el general San Martín cuando encabezo la carga contra el escuadrón realista que desembarcaba en San Lorenzo, hecho que lo puso al borde de la muerte. Que distinto sería nuestro continente sin la intervención de ese soldado anónimo, un tal Cabral que puso el pecho para salvara al continente aunque sin saberlo.

La suerte se presenta como un abatar muchas veces amargo, otras veces desconcertante o inesperado, pero sin lugar a dudas juega una parte importante en el semblante de nuestro horizonte político.

Los médicos, portadores de un saber milenario en ocasiones son portadores también de malas noticias. Lo supieron los médicos personales de Juan Domingo Perón, Cossio y Taiana, cuando este les consulto sobre la expectativa de vida que tendría si asumía la presidencia en 1973. Interpelados por el propio general los médicos confesaron la verdad. No sin pesar le comunicaron que de asumir la presidencia. La respuesta fue categórica: moriría antes en menos de dos años. El viejo líder se inclino ante ellos y tomándolos de los antebrazos les espetó sabiamente "nadie escapa a su destino"; daría su vida para intentar salvar al país de lo que todos ya sabemos.

Este ejemplo nos impone otro mas reciente: "La carótida". Pequeña porción de cuerpo de Néstor Kirchner por la cual transitó gran parte de la discusión política de durante el año 2010.La decisión de imponer a Cristina como candidata en 2007 seguramente estaba influenciada por un pronóstico medico inconfesable.

Seguramente otro médico debió sumergirse en el mundo de las probabilidades para aconsejar a Néstor Kirchner sobre la conveniencia de presentarse a la reelección. "Nadie escapa a su destino".

¿Sabia Kirchner que los rigores del gobierno lo llevarían a una muerte segura en los próximos tres años? Habrá entendido conveniente dejar en el poder a su compañera de toda la vida, para que la muerte lo encontrara en una unidad básica de Río Gallegos junto a sus compañeros de militancia y de esta manera no desbaratar el proceso? por ahora no lo sabremos.

Me toco escuchar a Andrés La Roque en una improvisada tarima del barrio altos de San Lorenzo en la ciudad de La Plata decir que "Néstor Kirchner dio la vida por este país". Será así no más pensé yo horas más tarde mientras miraba el montículo de tierra que le había servido al "Flaco" como tribuna durante la campaña electoral de 2009 para arengar a la militancia de un olvidado barrio de ese ciudad.

Ha llegado la hora de comprender la naturaleza de nuestros líderes, comprender su humanidad, bajarlos del bronce prematuro y garantizarles nuestro apoyo, nuestra solidaridad, nuestro compromiso incondicional. Esta es la mejor manera de cuidarlos.



(*) Aluvión Popular

No hay comentarios: