La Gran Esperanza Joven (3)


A mediados del 2007, la estrategia ya estaba definida. Las cosas no podían continuar en un estado tan laxo si se pretendía profundizar el Modelo. La lectura era correcta: las peleas que se esperaban dar en 2008 requerían de una militancia multitudinaria, bien organizada y bien pertrechada.
A los pocos días de asumir Cristina Fernández la presidencia, Néstor Kirchner tomaba control del Partido Justicialista (PJ) Nacional y dejaba de lado la Transversalidad.
Conocedor de la potencialidad que tenía el proyecto entre los jóvenes, Kirchner se dio una política específica para contenerlos y ordenar la situación; eso fue denominado “La Capora”.
Asesorado por su hijo Máximo, Kirchner se puso a imaginar el flamante encuadramiento juvenil. Imaginó el nombre y la posibilidad de que esta nueva identidad funcionara como un paraguas que contuviera a todos los grupos que habían florecido en forma silvestre a lo largo y a lo ancho del territorio nacional.
Pero Máximo no podía ser el conductor. Con Cristina como presidenta y él como titular del PJ, el denominado matrimonio presidencial podría haberse convertido en la familia presidencial y ese no era el mensaje que Kirchner quería proyectar a la militancia. Sin embargo, la influencia de Máximo en el armado sería determinante. Ese hecho generaría reiteradas chicanas del monopolio Clarín.
Para conducir el nuevo Modelo sería designado un “Triunvirato” compuesto por Mariana Gras, proveniente de una intensa militancia sindical en el gremio de los Judiciales quien fue designada directora Nacional de Juventud. El segundo integrante fue Juan Cabandíe, uno de los nietos recuperados por la Abuelas de Plaza de Mayo, que se ganó el afecto Néstor Kirchner tras pronunciar su discurso en un acto en la Esma, lugar donde nació hace 33 años. Cabandíe fue designado en la Secretaria de Juventud del PJ Nacional, y se convirtió en un símbolo más que en un actor con capacidad objetiva para liderar a la tumultuosa JP, ya que no contaba en ese momento con ninguna militancia política anterior.
El tercero sería José Ottavis, un gran conocedor del paño de la JP y que ocuparía una secretaría de Coordinación a pocos metros del despacho de Oscar Parrilli, en la Casa Rosada, quien llegaba con el mandato de articular a todos los grupos de juventud.
Era la alquimia perfecta: Mariana Gras en la gestión de los programas estatales, Juan Cabandíe como símbolo de un legado histórico presente en la nueva JP y José Ottavis como el líbero que debía articular a todos los grupos en torno a La Cámpora.
A poco de andar, la realidad de la flamante agrupación no había logrado modificar el panorama anterior. La Cámpora era la mera identidad a la cual todos los grupos decían pertenecer, pero en la práctica cada quien resolvía sus problemas como mejor le parecía, sin consultar a nadie más que a su conciencia y sin que esto tuviera ningún tipo de consecuencia.
En las elecciones del 2009 apareció otro actor en la escena de la política nacional. La Confederación General del Trabajo (CGT) había superado una extensa disputa interna de la cual resultó fortalecido el camionero Hugo Moyano, quién inmediatamente orientó a la central hacia un perfil más propositivo en lo político.
Con la excusa de disputar lugares en las listas del justicialismo en las legislativas de 2009, Moyano convocó a los trabajadores a concentrarse en la Avenida 9 de Julio, frente al histórico edificio de Obras Publicas en donde se realizó el Cabildo Abierto entre los “grasitas” y María Eva Duarte de Perón, Evita.
La concentración superó todas las expectativas. Trescientos mil trabajadores se reunieron para escuchar a su secretario General que manifestó “el apoyo incondicional de la CGT al gobierno de Cristina Fernández”.
Una de las lecciones más sorprendentes que dejó esa tarde, fue la visión de los rostros jóvenes de los trabajadores movilizados. Se trataba de la enorme marea de nuevos obreros incorporados al mundo del trabajo a partir de la reactivación económica que logró Néstor Kirchner en el país.
Para 2010, la CGT también contaba con su propuesta para la juventud. Al frente de la iniciativa estaría Facundo Moyano, que llegó a la conducción de Sindicato de Peajes con tan solo 24 años de edad.
Este mismo año, José Ottavis cruzó el riachuelo para hacerse cargo de la JP de la Provincia de Buenos Aires.
En apenas en unos pocos meses Ottavis logró articular a todos los grupos de JP ligados al PJ Bonaerense, los cuales habían permanecido al margen del armado kirchnerista hasta ese momento, un poco por no compartir la lógica de acumulación política de La Cámpora y otro poco por falta de una convocatoria acordada con los jefes distritales.
Continuara....

No hay comentarios: