Bombos peronistas, una tradición que late...


Late entre los pendones coloridos de las columas que marchan por el proyecto nacional. Late entre los militantes de la Gloriosa Juventud Peronista que cantan. Late popular e irreverente, porque nadie lo pudo silenciar. Donde estuvo el pueblo él tambien dijo estoy, y ahora lo veo allí en ese rincón, como dormido; pero si paso y lo rozo sin querer, siempre rezonga avisando que esta listo "pa` lo que guste mandar".
Invité a tomar unos mates a Nacho Ciriaco, un compañero que conoce bien al Bombo Peronista.

Prensa LN:¿Cómo llega el bombo a la política?

Nacho: Llega, obviamente, a partir del peronismo; el intrumento está íntimamente relacionado con el fenómeno murgero. Aparece en el área metrolitana porque las murgas en general estaban asentadas ahí.
Tomó más fuerza a partir de la resistencia ya que es un instrumento que hace mucho ruido, es liviano, práctico para trasladarlo y como en esa epoca no se usaba el platillo, era de muy fácil ejecución, por lo que se convierte en el intrumento por exelencia de la protesta callejera.
Hoy el bombo parece algo casi folklórico, pero en los 60 y 70 era una herramienta para hacer sentir el clamor de la protesta peronista, oprimida y silenciada por la proscripción y por los medios del régimen gorila.
En esos años pasó algo interesante. Como uno de los pocos lugares donde el peronismo podía expresar su propuesta era la cancha de fútbol eso permitió un trío indisoluble entre el bombo, el fútbol y el peronimo; eso todavia perdura.
Hay un caso que lo demuestra: en la década del 60 se registró la mayor cantidad de presos políticos en un mismo acto; la hinchada de Nueva Chicago, siempre relacionada con el Sindicato de la Carne, cantó en la tribuna la marcha peronista, en reiteradas ocasiones; eso motivó que la policía pusiera los celulares de culata y a la salida los metió presos a todos, un total de 700 detenidos.

PLN: ¿Quién es el Tula exctamente?

Nacho: Es un poco la síntesis de todo eso, ya que el manejaba la hinchada de Central, en los 60; ya por ese entonces era un personajes emblemático; simpre estaba con el bombo encima, tanto en la cancha como en las marchas a favor del retorno del General.
Un día sintió la necesidad de regalarle el bombo al general, pero como no tenía dinero y necesitaba llegar a Madrid, a todo aquel que le diera una mano le permitía firmar el parche. Así llego a Puerta de Hierro y se entrevistó con Perón, que recibió el regalo y consagró al Tula como el referente del agite peronista.
Luego se dió el gusto de tocar el bombo en Teatro Colón, y acompañó a todos los candidatos del peronismo durante 40 años, haciendo sentir el calor del parche.

PLN: ¿Qué representa en la actualidad el Bombo peronista?

Nacho: Bueno..., todo lo que hace el peronismo en general se vuelve parte del patrimonio cultural del Pueblo argentino, por eso uno puede ver el bombo ya en toda expresión popular, politizada o no; el bombo siempre está en los actos, en la protesta callejera, independientemente de los partidos.
Hay pocas cosas tan lindas en la Argentina como ver al peronismo movilizado hacia y en la Plaza de Mayo, por su enormidad y su colorido; de eso el bombo es parte fundamental.
Hoy a esos bombos de la década del 60 que tenían parche de cuero y que los tensores eran de soga, cuyo diámetro era de 30 pulgadas, han cambiado. Hoy son de 24 pulgadas, los tensores son metálicos y no se aflojan en medio de la marcha; se introdujo el platillo como algo casi inseprable: eso le da una sonoridad distinta y tiene el acompañamiento ideal de las trompetas. Ver esto en una movilizacion de 300 mil compañeros, como la última de la CGT es algo que conmueve hasta al más recio.

PLN: ¿Y las murgas, qué pito tocan, con perdón de la metáfora?

Nacho: Ellos son los especialistas. Los bombistas de las murgas pueden seguir culquier rítmo. Son más percusionistas; viven tocado el bombo y esa mística en general ya no la trasladan tanto a la política.
En los 90 la murga se convirtió en herramienta de pelea social, y al desaparecer el conflicto luego de 2003, algunas murgas sólo se quedaron en la crítica.

PLN: ¿No existe asociación entre peronismo y murga?

Nacho: Eso se dió más en los años 50, ya que fué el furor de los carnavales, y en esos años el peronismo estaba en su climax. La murga le dio lo que mejor le podía dar al peronismo que fue el bombo; y tanto fue así que las murgas fueron proscriptas y perseguidas durante las distintas dicatduras, en particular en la de 1976-83 por tener esa vinculaciòn con el peronismo.
Cuando la politica cae en desgracia en los 90 la murga queda en la crítica sin dimensión política, criticando a todos por igual sin distiguir quién es quién y se pasan tanto de rosca que terminan haciendo espectáculos depresivos que se parecen más al documento de una organización troska que a una fiesta popular. Otras en cambio todavía mantienen la llama sagrada de los años 50 y eso se vio un poco en su participación en los actos del bicentenario.

PLN: ¿Caliento un poco el agua...?

Nacho: Dale

PLN: ¿Qué implica para vos, como dueño de un bombo, el instrumento?

Nacho: Es el acompañamiento ideal para la militancia y para la diversión. Si sos peronista, futbolero, se encuentran las dos pasiones. Cuando los compañeros se entonan y se ponen a cantar, si hay bombos, la cantata se prolonga toda la noche. Es el equivalente de la guitarra para el fogón... en los asados peronistas, ese lugar lo ocupa el bombo.

2 comentarios:

Jóvenes Unidos del Comercial dijo...

MUY BUENA LA NOTA COMPAÑEROS!

solo un detalle: oBViamente! jaja

Anónimo dijo...

Me encantó!!!!!!!!!