La sanción de la Constitución Argentina del 11 de marzo 1949 fue uno de los hechos institucionales, políticos y culturales más importantes de la historia de la Argentina. Luego de 96 años de vigencia del esquema político institucional y político del país de la oligarquía, consagrado en la constitución de 1853, se llegó a esa reforma.El texto de 1853 ofició de marco legal para el funcionamiento de una democracia de representación restringida, de tinte individualista, propio del momento histórico de su sanción y de las fuerzas políticas y económicas que predominaban entonces. Con la constitución del 1949 nació un nuevo concepto de Argentina, nacional y popular, el mismo no fue sino el producto de décadas de innumerables luchas, comenzando con las hazañas del "Padre de la Patria", que tuvieron su continuidad con los caudillos federales, que tuvieron entrado el siglo XX referencia en los sectores radicales aglutinados en torno a Irigoyen y finalmente culminaron su camino de lucha con Juan Perón, "el Hombre" que pelearía por sus derechos y haría suyos sus reclamos. La constitución de 1949 expresa en términos institucionales los avances del pensamiento nacional y popular en Argentina. Es la cristalización de la "Conciencia Nacional", como diría Hernández Arregui. Fue la nueva concepción del Estado y la soberanía, la que le permitió a nuestro país insertarse al mercado mundial bajo las banderas y programas de un gobierno "socialmente justo, económicamente libre y políticamente soberano". Esas mismas banderas fueron parte del preámbulo de la Constitución de 1949, como tambien lo fueron el nuevo concepto de soberania como de propiedad privada. Para la Constitución de 1949, el Estado controlaba e intervienia con políticas directas sobre los mercados económicos. El artículo 39 afirmaba que "…el capital debe estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar social. Sus diversas formas de explotación no pueden contrariar los fines de beneficio común del pueblo argentino...".
Queda para resaltar, entre tanta cosas, que a pesar se ser derogada en 1956, por un gobierno golpista, El articulo 14 bis de nuestra actual constitución refleja una parte de las conquistas sociales consagradas en 1949. A pesar del odio y de la barbarie no pudieron tumbar todos los ladrillos que Sampay trazó en la constitución peronista. El espíritu nacional y popular con el que Arturo Sampay marcara a fuego a la constitución de 1949 no pudo ser vencido. Ni siquiera con la suma del poder, la oligarquía que derrocó al gobierno popular de Juan Perón en septiembre de 1955 pudo apagar definitivamente su llama.
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